lunes, 9 de junio de 2008

El presente le ganó al futuro



Saralegui pensó en "hoy", Carrasco en "mañana" y esa diferencia cambió la historia

Por JORGE SAVIA
La letra del tango "Volver" dice en un pasaje "que es un soplo la vida" y quizá el mensaje que deja en el sentido del permanente acecho que sufre el presente de parte del futuro, que está esperando siempre a la vuelta de la esquina con actitud de acoso, tenga que ver en parte con este "triunfazo" con el cual Peñarol se consagró campeón del Torneo Clausura.
Es que, aún equivocándose, como parece haberlo hecho al poner a Correa y no a Franco, porque podría imaginarse a "Petete" de titular en el intento de tirarlo 20 metros hacia atrás para manejar la pausa y elaboración de llegadas profundas, pero para jugar con tres puntas-puntas no cabe duda que Franco -como lo demostró cuando ingresó- iba a mortificar muchísimo más a Tiscornia, Darío Flores y Sosa, para Mario Saralegui "hoy" estuvo siempre antes que mañana; así pensó cuando trató de tapar el boquete que los pases de adentro hacia afuera de Robert Flores y el ida y vuelta de Montelongo le abrían en el flanco izquierdo de la retaguardia y, entonces, puso a Pérez por Arias a los 23`. Y así, debe haber pensado, también, en definitiva, cuando resolvió jugar con 3 puntas; cuando puso a Franco sólo 4` después de haber vuelto del entretiempo; y, en suma, también cuando dejó a Álvarez en la cancha, pese a que le sacaron una amarilla, y por su fútbol fragoroso -sobre todo ante rivales de buen y rápido manejo de la pelota- quedó al borde de una roja.
Carrasco, en cambio, aunque fiel a sí mismo, porque hizo algo parecido contra Nacional y Defensor Sporting, cuando sustituyó a Montelongo y cambió de posición al "Japo" Rodríguez, respectivamente, en momentos en los que eran los abanderados del funcionamiento de su conjunto, más que en el presente, que en los dos casos citados eran tan auspiciosos que River iba ganando 3 a 0 y 2 a 1, ayer "J.R." pensó en el futuro.
Así como ante los tricolores y los violetas "J.R." sacó y cambió de posición a los mejores, ayer volvió a "correr" -como lo había hecho ante Juventud- a Robert Flores de la posición de enganche, donde estaba haciendo un "destrozo", a la de volante por derecha, sustituyendo a Montelongo; y, otra vez, como contra Nacional y Defensor, el prometedor presente, por más riesgos que tuviera en el horizonte, porque Montelongo frente a Nacional no había bajado a tapar las llegadas rivales por su zona y en el Franzini el "Japo" pasó de marcador de punta para jugar con 4 en el fondo y Prieto había visto una amarilla y -como Montelongo ayer- estaba expuesto a una roja, se volvió en un catastrófico futuro.
Esa diferencia "filosófica", entonces, -tal vez, porque... ¿qué hubiese pasado si, así como contra Nacional anularon mal un 4° gol de River, ayer Larrionda hubiera cobrado el penal que le hizo hizo Álvarez a Flores a los 3`- tuvo mucho que ver con el "triunfazo" con el cual Peñarol ganó el Torneo Clausura.
Eso se tradujo, incluso, en el desarrollo cronológico de una final histórica: Saralegui "se jugó" de pique al poner 3 puntas; "remendó" el flanco por donde la defensa hacía agua a los 23`; y, consciente de que para jugar 3 contra 3 con el fondo rival, Franco iba a dañar más que "Petete", porque podía resultar más "pesado", más "cargoso", no esperó al cuarto de hora del complemento para cambiar como de costumbre.
"J.R.", en cambio, le sacó la soga del cuello a todo Peñarol, porque en el primer tiempo Álvarez no llegaba nunca a tapar la creatividad de R. Flores, que no sólo no gravitó lo mismo después, más lejos del área rival, jugando como "8", sino que aportó menos contención que Montelongo, mientras que el "5" aurinegro se volvió enorme.
"Es un soplo la vida". Ganó el que pensó en hoy y dejó para mañana eso sin lo que se quedó el que perdió: el futuro.

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